Con el arribo de la “década perdida”, los años ochenta, el rock mexicano vivió un ligero resurgimiento de la mano de bandas como: * Chac Mool, * La Caja, * Mistus, * Kerigma y * el ya mencionado Size. También tuvo lugar el Movimiento Rupestre, en el que arreglos musicales sencillos, similares a los del folk estadounidense, pero influidos por ritmos latinoamericanos como huapango, son y danzón, daban un marco efectivo para el desenvolvimiento de letras de factura poética. De hecho, uno de los rasgos más definitorios del movimiento rupestre es la intelectualidad contracultural de sus letras. Algunos de sus representantes fueron: * Jaime López * Armando Rosas * Carlos Arellano * Rafael Catana * José Cruz * Emilia Almazán * Cecilia Toussaint y * Rodrigo González (quien permanece como una leyenda del rock urbano tras su muerte en el terremoto de 1985).
El estado de semiclandestinidad sería rebasado por el movimiento de la sociedad mexicana a raíz de los terremotos de septiembre de 1985, cuando una nueva generación de roqueros, de un nivel socioeconómico mayor y con mayores contactos logra prender tímidas luces. Tomando como banderas a la new wave y al recién fundado sello Comrock, emergen agrupaciones como * Kenny y Los Eléctricos * Ritmo Peligroso quienes en sus comienzos se llaman Dangerous Rythm (Muchos aseguran que fueron la primer banda de Punk en México). * Punto y aparte * Mask (grupo del aún vigente José Fors) * Casino Shangai * Clips * Guillermo Briseño y el Séptimo Aire * Luzbel y * El Tri (banda que Alejandro Lora creó luego de separarse del Three Souls in My Mind.